14 noviembre 2013

Heridas



Durante mucho tiempo al ver a los perros (y a los animales en general) lamerse las heridas, se pensó que la saliva ayudaba a la cicatrización de las mismas. Esto es falso, el lamerse una herida solo tenía dos efectos positivos para el perro. La primera es que al eliminar la sangre, evitaba atraer posibles depredadores y la segunda es que así eliminaba la suciedad que se podía haber introducido en la herida (piedrecitas, tierra, etc.).


El gran problema de lamerse las heridas es que la saliva del perro está plagada de bacterias y microbios por lo que aumenta el riesgo de infección de manera exponencial y la constante humidificación de la herida retrasa la cicatrización.



Lo primero que debemos hacer ante una herida es limpiarla y retirar los cuerpos extraños, para eso lo mejor es lavarla con agua jabonosa o una solución antiséptica diluida en agua. Luego deberemos recortar los pelos alrededor de la herida mientras la protegemos con una gasa para que no entren pelos. En ese momento podremos pasar en desinfectarla. Para eso podemos usar agua oxigenada o un antiséptico que contenga yodo o clorhexidina. A continuación se puede aplicar una pomada cicatrizante. Protegeremos la herida con una gasa sujeta con esparadrapo hasta que esté cerrada y luego se puede dejar que acabe de curar al aire.


Por supuesto esto sirve para heridas menores. Ante heridas profundas o muy grandes que puedan necesitar puntos de sutura, hay que acudir urgente al veterinario.