05 agosto 2014

¿Por qué los perros grandes viven menos que los pequeños?


La correlación entre el tamaño y la esperanza de vida en los perros está bien documentada, pero los científicos aún no están en claro acerca de las razones. ¿Por qué, por ejemplo un Gran Danés de 150 libras sólo vive unos 7 años, mientras que el promedio de vida de un Caniche Toy de 9 libras es de 14 años?

"Esto se ha conocido desde hace mucho tiempo, pero no se ha investigado el mecanismo  subyacente", dijo Cornelia Kraus, doctora en biología evolutiva de  la Universidad de Göttingen en Alemania.


Por ejemplo, los veterinarios recomiendan comenzar los chequeos geriátricos para perros pequeños alrededor de los 11 años, para los perros de tamaño medio en torno a los 9 años, y para los perros grandes alrededor de los 7 años.

Se podría suponer de esto que los perros grandes envejecen más rápido, dijo Kraus, pero también podría ser que simplemente empezaron a envejecer antes, y por lo tanto desarrollan antes problemas relacionados con la edad.

Para distinguir entre estas dos hipótesis, Kraus y su equipo analizaron datos demográficos, como la edad y la causa de la muerte, en más de 50.000 perros de 74 razas tomadas de la base de datos de Medicina Veterinaria, una recopilación de datos de animales de compañía de hospitales veterinarios de Norteamérica.

Los investigadores también consideran una tercera posibilidad: los perros grandes pueden tener un mayor riesgo de mortalidad durante toda su vida, independientemente de su edad. En otras palabras, su tasa de mortalidad "línea de base" es mayor que la de las razas más pequeñas.

Cada una de estas tres hipótesis diferentes generan las llamadas "curvas de mortalidad" - un gráfico que se produce cuando el riesgo de mortalidad se representa frente a la edad en una gráfica.

Cuando se grafican los datos de diferentes razas de perro de la base de datos, la curva más alta se corresponde con la hipótesis de más rápido envejecimiento.

"Ahí es donde realmente vemos una fuerte correlación", dijo Kraus.

El análisis también indica que la edad de los perros grandes avanza a un ritmo acelerado, de modo que "su vida adulta se desarrolla a un ritmo más acelerado", (nuevo estudio que será publicado en un próximo número de la revista The American Naturalist).

"Los nuevos hallazgos son un valioso primer paso para responder a la pregunta de por qué los perros grandes mueren antes", dijo Cynthia Kenyon, investigadora del envejecimiento en la Universidad de California, San Francisco.

"Creo que lo que es realmente bueno de este estudio es que no se trata de animales de laboratorio", dijo Kenyon, quien no participó en la investigación. "Son animales que viven sus vidas en el mundo real."

Los estudios futuros también podrían investigar por qué los perros más grandes envejecen más rápido, algo que el estudio actual no aborda, añadió Kenyon. Una pista intrigante, obtenida a partir de estudios anteriores, es que los perros pequeños tienen en la sangre concentraciones más bajas de la hormona de crecimiento IGF-1 o factor de crecimiento insulínico tipo 1, que los perros grandes.

Los altos niveles de IGF-1, se ha demostrado en una amplia variedad de organismos, incluyendo seres humanos, están asociados con un mayor riesgo de muerte por enfermedades relacionadas con la edad tales como cáncer y enfermedades del corazón. Por el contrario, las manipulaciones que reducen los niveles de IGF-1 en muchas especies animales ralentizan su ritmo de envejecimiento, reducen los riesgos de enfermedades relacionadas con la edad y extienden su vida útil.

Los nuevos hallazgos "podrían dar la sensación de que el motivo de que los perros grandes envejecen más rápido es porque crecen más rápido; pero no sabemos eso", dijo Kenyon.

Podría ser que las razas grandes de perros mueran más jóvenes porque tienen más hormona IGF-1 - su gran tamaño podría ser un efecto secundario de tener concentraciones más altas de la hormona de crecimiento.

Una forma de comprobar esta hipótesis sería la de "tener un perro pequeño y suministrarle altos niveles de IGF-1 cuando es joven, por lo que se conviertiría en un perro grande", dijo Kenyon. "Entonces, cuando es un adulto, volvería a un nivel más bajo [de la hormona], y ver si todavía consigue una larga vida útil. Creo que sería un experimento muy interesante que hacer, pero no se ha hecho."

Tal experimento podría proporcionar una prueba más de que el IGF-1 juega un papel crítico en el proceso de envejecimiento. Por otra parte, el hecho de que los perros pequeños —que naturalmente tienen menores niveles de IGF-1— son a menudo más saludables a lo largo de su vida, sugeriría que la vía de IGF-1 podría ser manipulada para hacer que los organismos vivan más tiempo.

En su estudio la autora Kraus pidió cautela al extrapolar los hallazgos de su equipo a los seres humanos.

Existe alguna evidencia circunstancial de que las personas más altas tienen una vida más corta, pero "es muy difícil de estudiar esto en los seres humanos porque tenemos muchos factores ambientales que afectan nuestra altura"—dijo Kraus.
Fuente: insidescience.org / Ker Than



Nota del E
Actualmente se comercializan fármacos que contienen la hormona IGF-1 (Somatomedina C) y son utilizados mayormente por fisicoculturistas o personas que quieren aumentar su tamaño o masa muscular, con el evidente riesgo de envejecer y morir prematuramente.