Perros-Guía: Buscan en Argentina el lugar que ya se ganaron en otras partes del mundo.
Más de 10 mil personas empujan en Facebook una ley para que les permitan ingresar con sus dueños a todos lados. Los perros lazarillos son todo para sus dueños. Porque ambos forman un binomio casi inseparable, sobre todo en la calle y otros espacios públicos. La importancia que tienen para las personas ciegas es comprendida en países como Estados Unidos, Canadá o España, donde hay escuelas que entrenan perros de varias razas para convertirlos en guías. Es más, la semana pasada, el Papa Francisco permitió ingresar a una sala del Vaticano a un periodista ciego junto a su perro. Y hasta los bendijo a los dos
Para conseguir un perro guía hay que
viajar a Estados Unidos o Canadá, entrenarse junto a él durante un mes
en alguna de las instituciones que los donan y luego traerlo al país.
Los costos del viaje deben ser afrontados por el futuro dueño. Pero en
general, en instituciones como Leader Dog, Guiding Eyes for the Blind,
Eye Dog Foundation for the Blind, Guide Dog Foundation o Guide Dogs of
America, el alojamiento y la capacitación no se cobran.
“Primero
existe un período de adaptación de seis meses entre el perro guía y su
dueño. Recién al año se forma lo que llamamos el ‘binomio’ entre perro y
usuario, o sea que lleva un largo período hasta que se da la confianza y
entrega absoluta”, cuenta Ana Bravo, quien fue la segunda persona ciega
en acceder a un perro de este tipo en Argentina. Nali, la labradora que
la acompaña desde hace tres años a sol y sombra las 24 horas de cada
día, la ayuda a sortear las dificultades de accesibilidad que le impone
la ciudad.
En sus años con perros guía (antes tuvo otra
labradora, Mia, durante trece años), Ana debió enfrentar la prohibición
de entrar en comercios y espacios públicos por el hecho de estar
acompañada por un animal. Las cosas mejoraron a partir de algunas
ordenanzas, como la resolución 31/04 (emitida por la Secretaría de
Transportes de la Nación) que permite que los perros lazarillos accedan a
los trenes.
Pero aún queda pendiente una ley nacional. Si bien la
Argentina firmó la “Convención Sobre los Derechos de las Personas con
Discapacidad”, que en el artículo 9 garantiza “accesibilidad humana con
animales de servicio”, la ley nacional de perros guía aún no se
sancionó, a pesar de haberse debatido en la Cámara de Diputados en
agosto de 2012. Las organizaciones civiles de personas ciegas sostienen
esta lucha y esperan la ley que les avale el acceso sin trabas a
espacios públicos y privados. La causa pegó fuerte en las redes
sociales: en Facebook, el grupo Logremos la Ley Nacional de Perros Guías en Argentina cuenta con más de 10.000 miembros.
Inseparables. Día tras día, Ana se mueve por la Ciudad de Buenos Aires confiada en los ojos de Nali, su perra guía. |
“Con
el bastón uno se choca con las cosas que el perro guía elude. Pero con
Nail funcionamos de a dos. Ella evita los obstáculos y yo le pido que me
marque el cordón cuando llegamos a la esquina”, explica Ana.
Ana
es la coordinadora de la Sub Comisión de perros guía de la FAICA y ya
asesoró a decenas de personas con discapacidad visual sobre los
beneficios de contar con un perro guía. Desde su lugar, organizó la
mayoría de los viajes a la escuela Leaderdog, de Michigan, Estados
Unidos, donde entrenan y donan estas mascotas especiales.
“Siempre
fui de animarme. Por eso, antes de tener un perro guía, usaba el bastón
lo menos posible, aunque sabía que era indispensable para poder andar
por la ciudad con libertad”, confiesa Ana. Quizás, esa audacia la
incentivó a dejar el bastón, para confiarse a los ojos de un perro guía.